Cuando nos encontramos frente a la apasionante tarea de diseñar un curso de e-learning, un ingrediente que siempre debemos buscar es la creatividad. Es el momento en que el diseñador instruccional pone en marcha diversos recursos para producir variantes, crear nuevas ideas y combinaciones que den lugar a soluciones originales y efectivas. La creatividad, entonces, se convierte en un aliado estratégico en el proceso de diseño.
Si recurrimos a la metáfora culinaria, para realizar una receta generalmente se necesitan determinados ingredientes principales. Sin embargo, si convocáramos a dos cocineros diferentes para que preparen el mismo plato, cada uno de ellos obtendría diversos sabores, texturas y aromas. Las sutilezas que podremos apreciar responderán a la creatividad de cada uno de los autores. Ya sea en el añadido de “ese condimento especial”, en alguna modificación en el modo de preparación o cocción, o en la implementación de algún secreto culinario transmitido a voces de generación en generación.
En la cocina del microdiseño de materiales ocurre algo parecido. Podemos pensar en diferentes recursos que oficien de ingredientes necesarios para presentar un contenido. No es lo mismo relatar algo textualmente que hacerlo a través de un pequeño fragmento de video. Tampoco será igual partir de certezas que dé preguntas que activen conocimientos previos y creen un clima reflexivo para el aprendizaje.
En algunas propuestas de aprendizaje, podremos utilizar escenarios que contextualicen y se ajusten a la realidad de los participantes. En estos casos requeriremos que ilustradores y diseñadores multimediales generen personajes, vestimentas y mobiliarios que repliquen situaciones familiares de los usuarios. Mientras que en propuestas más sencillas, quizá un simple chiste o un cómic nos permitan establecer un guiño de complicidad con los destinatarios.
¿Cómo abordar el diseño de un material creativamente?
Algunas ideas en las que podemos desplegar nuestra creatividad en el proceso de microdiseño:
- Utilizar historias y narrativas para “contar” aquello que se busca comunicar.
- Emplear metáforas visuales, diseñando escenarios realistas de aprendizaje que permitan poner a los usuarios en un contexto específico para aplicar y practicar competencias.
- Proponer desafíos, tanto individuales como colectivos, a través de herramientas colaborativas y establecer retos a alcanzar.
- Recurrir a juegos y/o propuestas lúdicas como disparadores o motivadores de aprendizaje.
Por supuesto, todas las estrategias y recursos empleados deben ser acordes a los perfiles de los destinatarios y a las características del curso de e-learning. Algunas cuestiones centrales para tener en cuenta:
- ¿Quiénes y cómo serán los destinatarios de mi curso? ¿Qué esperan de él? ¿Cuáles son sus necesidades de aprendizaje?
- ¿Qué estrategias puedo desarrollar para captar su atención e interés?
- ¿Desde qué metodología trabajar para ayudarlos a alcanzar las competencias propuestas? ¿Qué recursos será los más apropiados?
Como podemos advertir, en el diseño didáctico (al igual que en la cocina) no existen “recetas mágicas” que nos aseguren satisfacción garantizada. Sin embargo, cuando logramos hacer un uso creativo de los recursos con los que contamos – siempre con una justificación pedagógica detrás – el material que diseñemos ayudará a los participantes a lograr los objetivos propuestos a través de estrategias desafiantes y motivadoras que marquen la diferencia.
En el curso Diseño de materiales digitales para la enseñanza online se abordan y profundizan esos temas desde la teoría y fundamentalmente desde la práctica el trabajo colaborativo, donde los cursantes “aprenden haciendo” y certifican sus competencias en el proceso.
Equipo de Net-Learning
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