En un mundo cada vez más complejo y cambiante, las organizaciones deben reaccionar con rapidez a los cambios que se le presenten para poder continuar en el mercado. Es por esto que los miembros de la organización, cualquiera sea su función y jerarquía, deben ser flexibles y deben adaptarse a las demandas del medio. Es ahí donde el desarrollo profesional continuo cobra fundamental importancia ya que hará que el grupo de trabajo esté formado, o pueda rápidamente formarse en las temáticas emergentes.
El contexto actual y mundial ha puesto de manifiesto la necesidad de repensar la formación de recursos humanos hacia el interior de las organizaciones. La pandemia por COVID-19 obligó a las empresas e instituciones, tanto del ámbito privado como del público, a cambiar sus modos de trabajo, en todos sus niveles de jerarquía. El home-office, el trabajo remoto, las burbujas de trabajo, y el e-learning, son solo algunas de las modificaciones que pudieron observarse en el último tiempo.
El trabajo remoto o teletrabajo ha sido una tendencia en crecimiento desde el inicio de la llamada era de la comunicación, y se ha convertido en el mejor modelo de desarrollo para muchas áreas del conocimiento. Esta modalidad reemplaza el trabajo presencial en la oficina por la posibilidad de realizar las mismas tareas desde el hogar, sin tener presencia física con el entorno laboral.
Son digitales, multipantalla, proactivos, están hiperconectados y no conciben la vida sin Internet. La generación de los Millennials (nacidos entre los años 80 y y los primeros años de la década del 90) y la Generación Z (aquellos nacidos a partir de la mitad de los 90) representan todo un desafío a nivel educativo y […]