El trabajo remoto o teletrabajo ha sido una tendencia en crecimiento desde el inicio de la llamada era de la comunicación, y se ha convertido en el mejor modelo de desarrollo para muchas áreas del conocimiento. Esta modalidad reemplaza el trabajo presencial en la oficina por la posibilidad de realizar las mismas tareas desde el hogar, sin tener presencia física con el entorno laboral.
En la década 2010-2020 grandes empresas, especialmente en el área tecnológica, incursionaron en la modalidad de teletrabajo con resultados exitosos. La empresa Automattic, propietaria de WordPress, fue un ejemplo de implementación exitosa: con 900 empleados en 70 países, actualmente la firma no cuenta con ninguna oficina física.
En sus inicios, el trabajo remoto se utilizaba para asegurar la retención de talentos o para captar perfiles especialmente creativos e ingeniosos que llegaban a ser más productivos en esos ambientes digitales. El uso de dispositivos inteligentes y herramientas tecnológicas, sumado a la autonomía y libertad que brinda el teletrabajo, resulta un enorme atractivo para la generación millennials y la generación Z o centennials , última generación en curso y que recientemente se incorpora a la fuerza laboral mundial.
Con el tiempo comenzaron a surgir propuestas de trabajo en la nube e iniciativas importantes de empleo y educación a distancia, con equipos cada vez más dispersos geográficamente. Esa evolución iba preparando al mundo para cambios futuros. Sin embargo, ningún escenario dejó entrever futuros acelerados o inmediatos como el caso de la pandemia mundial generada por el covid-19, que está obligando a gran parte de las industrias de diversas áreas a adoptar el teletrabajo como modalidad de desarrollo.
Liderazgo para equipos remotos
En todo el contexto anteriormente descrito, liderar y ser parte de equipos distribuidos sigue representando un desafío organizacional que va más allá de la tecnología. Se trata de la gestión de proyectos, gestión emocional y gestión de oportunidades que se desenvuelven alrededor de las labores y alcance de objetivos desde la distancia. La combinación de herramientas técnicas debe ir acompañada de la implantación de una cultura de trabajo diferente, implementación de normativas de accesibilidad y comunicación que separan el hogar del trabajo aun y cuando estos estén operando en el mismo lugar, y una apertura personal que, entre la madurez y el profesionalismo, logra crear sinergia para el logro, fuera de la presión del entorno laboral pero inmersa en el cumplimiento.
Asimismo, el teletrabajo representa grandes posibilidades tanto para el empleado como para el empleador, tales como:
- Reducción de costos: Las empresas pueden reducir hasta un 75% el costo de mantener a un empleado en la oficina y el empleado reduce costos de vestimenta, movilización y alimentación.
- Aumento de la productividad: Se ha determinado que en algunos tipos de ocio o distracción los empleados extienden la culminación de las tareas entre a un 20% – 30%, mientras que desde el teletrabajo, este tiempo podrá significar mayor tiempo en familia o libre para el desarrollo personal.
- Mayor acceso a talentos: En un mundo global esta modalidad elimina los límites geográficos y aumenta la competitividad y acceso a puestos de trabajo.
Divisando estas potencialidades en un mundo virtual que cada vez se ha estado acercando más a nuestra realidad, se hace importante el manejo de estrategias personales y técnicas que nos ayuden a sumergirnos en el mundo remoto de manera eficiente, promoviendo el aprovechamiento tecnológico e incrementando las posibilidades de productividad y desarrollo estandarizado que nos permitan desenvolvernos en un mundo más autónomo y que nos posicione en un lugar ventajoso de cara al futuro.
Maira Andreina Medina
Facilitadora del curso Gestión efectiva del trabajo remoto